Comunidad de Regantes de Xerta
Comunidad de Regantes de Xerta
CONTACTO
Presidente: Domingo Serra Pons
Dirección: Carrer Sant Martí, 43
Horario de atención: jueves de 20.30 a 21.30 h.
Mail: comunitatregantsxerta@gmail.com
WEB: http://www.comunitatregants.org/
El año 1778, Carlos III habilita el puerto de los Alfacs para el comercio con América, con la voluntad explícita de facilitar una salida marítima a los productos aragoneses, hecho complementado con la creación de la nueva población de Sant Carles de la Ràpita. Para enlazar el Ebro con el puerto, al mismo tiempo que se evitaba la peligrosa barra de la desembocadura, en mayo de 1780 se empieza a construir el primer canal de navegación Amposta-Sant Carles de la Ràpita. Pero ya el 1783 el canal empieza a sufrir evidentes problemas de carencia de calado; construido al mismo nivel que el río, los sedimentos que este transportaba también obstaculizan el canal, llenándolo progresivamente e impidiendo el paso de embarcaciones. Así, el primer canal marítimo se convierte en el antecedente de una situación que volveremos a encontrar 80 años más tarde: la reconversión de un canal de navegación en un canal de riego.
El fracaso de todos estos proyectos e intentos para promover la navegabilidad del Ebro no desesperanzó el francés Isidore Pourcet, el cual obtuvo en 1849 la concesión provisional, (definitiva el 26 de Noviembre de 1851), de las obras de canalización del ríe Ebro desde Zaragoza al mar y de un canal desde Amposta a los Alfacs. De esta forma nacía la Real Compañía de Canalización del Ebro, legalizada el 1852. La concesión del 1851 establecía también los objetivos de la compañía: la ejecución de las obras para facilitar la navegación del Ebro desde Zaragoza hasta Amposta, construir un canal desde Amposta a los Alfacs, y también las obras necesarias para los riegos.
Acabadas las obras que hacían posible la navegación, esta se inició rápidamente el 1858, aunque el 1856 el vapor Cinca ya había creado un precedente. Pero este deseo tantos siglos perseguido se hizo realidad demasiado tarde: el establecimiento simultáneo de una red férrea que enlazaba Zaragoza y Barcelona, (1861) ofrecía un transporte muy rápido y económico que, junto con la irregularidad de los caudales y el régimen fluvial del Ebro, comportaron la paralización de los vapores y la ruina consecuente de la Compañía. Así se convertía en principal el objetivo que hasta entonces se había considerado muy secundario: el establecimiento de una red de riego para el delta del Ebro.
Alargando 30 km. el antiguo canal de Alimentación hasta la Isla de Buda, que estaba proyectado para alimentar de agua al canal Marítimo, tenía una dotación mayor que si se hubiera concebido para el riego, se hizo realidad el Canal de la Derecha del Ebro (1856-1857) y se construyó, a partir de él y del abandonado Canal Marítimo, toda la red secundaria de canales y desagües, posibilitando el saneamiento del hemidelta derecho y la introducción del cultivo del arroz.
La construcción de esta compleja red hidráulica se hacía paralelamente a la transformación de los páramos del delta en tierras cultivables. Y al mismo tiempo, todavía se pugnaba porque se autorizara el cultivo del arroz. Así, a medida que los canales y los desagües se adentraban por el interior del delta derecho, se saneaban las tierras y se dedicaban ya al cultivo del arroz. Una empresa colectiva que alcanzó varias generaciones y reclamó la participación de mucha población foránea que acudió en los pueblos de la ribera, aumentando rápidamente el número de habitantes.
El año 1867, la concesión para la navegación, inicialmente otorgada a la Real Compañía, se transforma porque esta haga las obras necesarias para el riego del delta derecho. Esta nueva concesión, con una duración de 99 años, provoca el cambio de nombre de la Compañía, que pasa a denominarse Real Compañía de Canalización y Riegos del Ebro.
El 1966, al prescribir esta concesión, la explotación del canal de la derecha es asumida por la Confederación Hidrográfica del Ebro hasta que, pocos años más tarde, la recientemente creada Comunidad General de Regantes del Canal de la Derecha del Ebro asume la administración y la explotación mediante una concesión a perpetuidad. Desde aquel momento, el canal de la derecha y la red de distribución son directamente explotados y gestionados por los propios regantes. Hablamos de una institución afianzada en el tiempo y al territorio porque, salvo los ayuntamientos, nos atrevemos a decir que no hay ninguna institución más antigua que nuestra Comunidad. Esta historia y tradición obliga principalmente a los miembros y dirigentes de la Comunidad, pero también instituciones y entidades, a tener en cuenta las opiniones e intereses sobre una serie de necesidades permanentes que van más allá de las coyunturas diarias.